Andrew Jackson 1767-1845, que fue el séptimo presidente de EE UU y ejerció el cargo entre 1829 y 1837, no solo disputó un duelo, sino que durante el mismo mató al duelista Charles Dickinson.El suceso tuvo lugar el 30 de mayo de 1806, mucho antes de que Jackson accediera al máximo puesto político de la nación, durante una época en la que ejerció oficios diversos. Por entonces era terrateniente en Tennessee, cuando Dickinson ofendió su honor por una disputa de caballos y unas acusaciones de bigamia hacia Jackson y su mujer Rachel. Ultrajado, Jackson retó a Dickinson, experto tirador que había ganado 26 duelos a pistola. Como estos estaban prohibidos en Tennessee, los rivales cruzaron al vecino estado de Kentucky. Dickinson disparó primero, pero su bala solo hirió al futuro presidente. Este, en cambio, fulminó al duelista, cuya tumba fue hallada hace unos años por el arqueólogo Dan Allen en el cementerio de Nashville, donde su cuerpo fue llevado tras la contienda. Jackson también ha sido el único presidente norteamericano que fue prisionero de guerra. Cuando tenía solo 12 años se alistó en la milicia revolucionaria patriota que luchaba contra el ejército británico en la Guerra de la Independencia americana. Los dos hermanos mayores de Jackson también se alistaron, y uno de ellos murió con solo 15 años. En un combate, el adolescente Andrew Jackson fue herido y capturado. Como prisionero de guerra fue objeto de maltrato por un oficial inglés que le ordenó que le limpiara sus botas, a lo que Jackson se negó. El oficial, furioso, le dio un golpe con un sable y le hizo una herida en la cabeza y en los dedos de una mano. La marca le quedó para siempre y aumentó el odio que sentía contra los ingleses. También padeció viruela y malaria, lo que le dejó secuelas de por vida. Por si fuera poco, el 30 de enero de 1835 sufrió un atentado de bala. Fue el primero realizado contra un presidente de los Estados Unidos de América.
K'atsiyatá, La Revista Cultural de Papantla 